Les doy una cordial bien venida a mi Blog

Hola mi nombre es Marina quiero darle una cordial bien venida a mi blog quiero comparti con ustedes las cosas que me gustan y interesan normal mente son las
MEJORES COSAS DE LA VIDA SON GRATIS. El amor y la vida misma que vivimos dia a dia. sean bien venidos

Como ser Buenos Padres?


  • Comer en familia previene adicciones
    Júntate en la mesa y ten hijos sanos




    Según el Centro Nacional de Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia (CASA), un tercio de los adolescentes beben alcohol, fuman marihuana o toman cocaína cuando van a las fiestas de sus amigos. Si quieres que tu hijo no forme parte de esta estadística, usa la mejor arma de prevención: cenar en familia y dialogar mucho. Un estudio de CASA dice que estas comidas evitan que los chicos caigan en las adicciones.
    ¿El vertiginoso estilo de vida te supera y cada miembro de su familia hace la suya? ¿La mesa del comedor está de adorno porque ya nadie tiene tiempo de usarla? ¿Las comidas multitudinarias han quedado en el recuerdo como algo del siglo pasado? Pues detente un instante y piensa cómo juntar a tus familiares y recuperar el ritual de la mesa, porque las comidas en familia, además de ser divertidas, previenen adiciones. Un estudio del National Center on Addiction and Substance Abuse at Columbia University (CASA, Centro Nacional de Adicciones y Abuso de Sustancias de la Universidad de Columbia) revela que las familias que cenan juntas al menos cinco veces a la semana reducen el riesgo de que sus chicos fumen,beban y se droguen.


    "La mesa es un lugar sagrado, que permite a los padres y a los chicos conectarse después de un día ocupado", asegura la nutricionista Leanne Ely, autora de libros de cocina y fundadora de Saving Dinner, un portal de Internet que ofrece comidas fáciles de preparar en casa.

    "A veces la gente lleva una vida muy ocupada y dice que no tiene tiempo", afirma Ely. Pero hay que hacerse un hueco para dejar platos hechos que aseguren una cena con los chicos, en la que se pueda conversar sobre cualquier tema.

    ¿Cómo lograrlo? Pues no tienes excusas. Si la cena no ha dejado de ser una costumbre, empieza por recuperarla: recuerda que para los hispanos es muy importante sentarse juntos y compartir. No dejes que la vida ajetreada te obligue a perder esa tradición.

    Para empezar, sigue estos pasos simples:
    • Haz una lista de compras para toda la semana pensando en el menú de cada día. Pueden ser comidas simples, pero cuida que incluyan estos grupos de alimentos: hidratos de carbono (pastas), legumbres (guisantes y lentejas), verduras, frutas, carnes y pescado.
    • Deja precocinados los pescados y las carnes y consérvalos en el freezer. Guarda las verduras en un sitio fresco. Así, cuando llegues del trabajo, podrás calentar lo que dejaste hecho y asegurarte una buena cena.
    • Invita a tus chicos a participar. Puedes pedirles que se encarguen de la ensalada o que te ayuden a lavar las frutas. Incluirlos en estos rituales los ayuda a comunicarse contigo
    • No permitas que coman solos en sus habitaciones, mirando televisión y a cualquier hora. Tienes que inculcarles la importancia de compartir opiniones, comentarios y experiencias al menos una vez al día. Según el estudio de CASA, cuanto más cenas compartan los chicos con sus padres, menos probabilidades tienen de caer en adicciones. Lo importante, en realidad, es designar un momento "sagrado" para que ellos puedan hablar de lo que quieran, expresarse y sentirse escuchados y contenidos.

      "Este estudio prueba que la comunicación es fundamental para construir una buena relación con los chicos, y para que ellos entiendan mejor las cosas que suceden en el mundo en el que viven", dice Joseph Califano, presidente de CASA y ex secretario de Salud, Educación y Bienestar. 
      Los padres que se interesan por cenar con sus niños son aquellos que se toman tiempo para conocer sus actividades, sus amistades, sus maestros y las fiestas a las que acuden", señala Califano. Esto evita que estén en sitios que no conoces, o que se junten con personas de cuya existencia no tienes ni idea y que pueden ofrecerles droga como si se tratara de algo inofensivo.

      La investigación de CASA revela nueve beneficios fundamentales para los chicos que cenan en familia al menos cinco veces a la semana:
      • No abusan de drogas. El 70 por ciento de los que comen con sus padres y hablan con ellos tienen menor riesgo de abusar de sustancias como la cocaína o la marihuana
      • Dicen no al tabaco. La mitad presenta menos posibilidades de tentarse a probar un primer cigarrillo que puede llevarlos a la adicción adulta
      • No se convierten en fumadores. La mitad tiene muchas menos chances de convertirse en fumadores en el futuro
      • Se rehúsan a probar marihuana. La mitad de los adolescentes y niños que se sienten escuchados en estas comidas declinan de probar la marihuana que les pueden ofrecer sus compañeros en las fiestas
      • No se interesan por el alcohol. Un tercio de estos "family dinning" tienen menos probabilidades de decir que sí a las primeras copas de sus vidas
      • No le encuentran gracia a la borrachera. La mitad de estos chicos tienen menos tendencia a emborracharse cuando salen, porque se sienten más contenidos
      • Consiguen mejores notas. Como si todo esto fuera poco, además de no caer en las adicciones mejoran el desempeño escolar
      • Tienen amigos más sanos. Quienes son escuchados por sus padres tienden a hacer amigos sanos y a rechazar a quienes son adictos o tienen costumbres como emborracharse.
      • Tienen armas para el futuro. La mitad de estos chicos dice que tampoco probarán las drogas o el alcohol cuando sean mayores.
      Así que toma nota: a partir de mañana, haz un tiempo para tu familia y empieza a recuperar la vieja tradición hispana de reunirse alrededor de una mesa. Les estarás dando a tus chicos un poderoso antídoto contra un mal que afecta a cada vez más adolescentes y niños.







    "No hay nada más Hermoso que la sonrisa de un niño. En esa expresión de paz, alegría y ternura descansamos nuestros miedos de adultos.




    La sonrisa de un ni~o es el despertar de la Aurora. Es el viento que acaricia tu cara, es el sol que te va~a con suave calor. La sonrisa de un ni~o es el trinar de los pájaros que arrullan tu día es el caer de las hojas que cubren los campos es el suave murmullo de su respirar.
    La sonrisa de un ni~o es la lluvia de estrellas reflejada en sus ojos es el arco iris en una tarde de lluvia es la fe y y esperanza que abrasan tu vida.  La sonrisa de un ni~o es la esperanza de un mundo para seguir sonrriendo. Marina
    Derechos reservado










Debía existir una profesión, la más exigente del mundo. Me gradúe de madre sin haber estudiado. No pase ningún examen ni tuve trabajos cómo ser madre hoy?  Es un honor que el todo poderoso haya confiado en mi esta labor tan ardua de entrega total de amor incondicional,  yebar en tu vientre durante nueve meses el fruto del amor de la entrega. Ser madre es la satisfacción mas grande que puede recibir una madre es  el regocijo inexplicable de acunar en tu vientre el fruto de tu continuación ante la vida.  Ellos Son vida de nuestra vida sangre de nuestros glóbulos, son genes de nuestros defectos y virtudes,  son el reflejo de ti mismo, son mi corazón y mi vida. Marina.
derechos reservados





Muchos se preguntan cuales son los requisitos primordiales  para ser unos buenos padres
no hay reglas fijas... Cada progenitor enfoca la realidad de un modo concreto y cada hijo es un caso particular . Sin embrago atreves del uso de las palabras y con el ejemplo se pueden obtener excelentes resultados

Durante los primeros años de vida del niño la capacidad y la necesidad de desarrollo intelectual y de equilibrio afectivo están en juego. Por eso es conveniente establecer unas pautas de enseñanza repetitivas,


Siempre desde el respeto, los padres deben fijar el limite la norma, la regla  a cumplir, exponerla
con claridad,  serenidad y amor  cuando las reglas son cumplidas por el menor. Se valora el echo con consecuencias positivas ( aprobación social, abrazos y sonrisas) pero si las normas son transgerídas las consecuencias que se elijan deben ir encaminadas a enseñar corregir lo equivocado de su elección

Educar en Valores
El valor nace y se desarrolla en la familia cuando cada uno de los miembros asume  con responsabilidad y alegrías el papel que le ha tocado despeñar procurando el bienestar, desarrollo y felicidad de los demás
se hará inevitable la disponibilidad al dialogo y a la convivencia haciendo un esfuerzo por cultivar los valores en la persona misma, y así estar en condiciones de trasmitirlos y enseñarlos .

Los padres han de desechar el factor del egoísmo. cuando en una familia impera el egoísmo no se puede pretender que los hijo entiendan que deben ayudar, conversar, y compartir tiempo con los demás
es importante recalcar que los valores se viven en casa y se trasmiten a los demás como  forma natural de vida. Y se dan circunstancias que los pequeños y los jóvenes con ese sentido común tan característico pueden dar verdaderas lecciones de como vivirlos en los mas mínimos detalles.



¿Padres Buenos o Buenos padres?.

Quizás, haz oído la historia de algún antepasado tuyo, tal vez, tus padres o abuelos, sobre lo difícil que se las vieron cuando se casaron, sin dinero y sin ayuda.

A mí me ha tocado y los oigo hablar de ese pasado, con cierto orgullo por salir adelante solos, con su valor y la ayuda de su cónyuge.

Son matrimonios sólidos, basados en su amor por el otro y en la convicción de que, toda empresa que se quiere sacar adelante implica esfuerzo, y no hay empresa más grande ni más difícil que un buen matrimonio.

Uno podría pensar que, si estas personas vieran a algunas de las parejas que se casan ahora, con la casa puesta, auto en la puerta, un negocio instalado y toda su vida resuelta, dirían que les tocó la mejor época.
Pero, ¡nada más lejos de esto!.

Los que pasaron por épocas difíciles salieron adelante, no quieren olvidar su pasado, sino por el contrario, sienten que fue la base que cimentó lo que han logrado, tanto en lo material como en lo espiritual.

No te quiero decir con esto que fue su mejor etapa, pero si necesaria.

Empezaron solos con lo que podían, en ese momento, sin espejismos, ni subsidios, y aunque esto les causó incomodidades y privaciones, no tomaron una actitud negativa, porque sabían que se tenían el uno al otro.

Además, le encontraron un sentido a su sufrimiento, palabra casi inadmisible en nuestros tiempos.

Y gran parte de la culpa es "nuestra"... de los papás.

Como siempre, me incluyo, 
no queremos que nuestros hijos pasen incomodidades.

Desde niños los dejamos en la puerta de la escuela para que no caminen, les simplificamos todo para que no batallen y les dejamos un mensaje implícito: 
"Sufrir y batallar no tiene sentido".

Después, cuando estos niños se casan, los papás les quieren resolver hasta el último detalle.

Si no pueden ir de luna de miel a una playa extranjera, no importa, sus papás les pagan el viaje; si no podían vivir más que en un departamento pequeño, no importa, sus papás les pueden pagar una casa o un departamento grande.
Y así con todo…
Por querer hacerles el camino fácil, se lo hacen cada vez más difícil, porque llegará un momento en que papá y mamá ya no estarán allí, o si están, no podrán resolver otros problemas más serios.

Son estos niños jugando a casarse, quienes a la primera dificultad en su matrimonio, deciden mandarlo todo a volar, porque luchar por sacarlo adelante, cuesta mucho trabajo y ellos no están acostumbrados a luchar.
¿Para qué?.

Si todo se les ha dado siempre, sin hacer esfuerzo. En el libro The Road Less Traveled (El camino menos viajado), de Scott Peck, se comenta que la vida es difícil, una vez que lo sabemos, entonces, deja de serlo.

La vida es una serie de problemas: aceptándolos y resolviéndolos es como el individuo crece.

He ahí la importancia, que nuestros hijos aprendan a resolver sus propios problemas.

Tal vez, estés pensando que eso de 
resolver los problemas de los hijos sólo pasa en las familias acomodadas, que son las únicas que se pueden dar el lujo de mantener otra familia, además de la suya. Pero, excluyendo a los que se encuentran en extrema pobreza, te sorprenderías si supieras, como ayudan los papás de todo tipo de estratos sociales, para que sus hijos no sufran.

Si tuviéramos conciencia del daño que hacemos a nuestros hijos al leerles el pensamiento y cumplirles todos sus caprichos, seguramente, no lo haríamos.

Pero a veces, sentimos que es nuestro deber y otras veces:.
Queremos que tengan todo lo que nosotros no tuvimos.

Un amigo me comentaba que fue a una reunión y un sacerdote dijo, a los ahí presentes, (en su mayoría padres de jóvenes matrimonios), que a sus hijos, les estaban dando demasiadas cosas.

Un padre contestó, que simplemente, quería que sus hijos tuvieran todo lo que ellos nunca pudieron tener.

El sacerdote dijo: 
“Ustedes tienen lo que tienen, precisamente por lo que ¡NO tuvieron!”.

Vuelvo a lo mismo, 
estos niños y jóvenes mal acostumbrados, son pésimos a la hora de sacrificarse.

Y no me refiero solamente a grandes sacrificios, sino a algo tan simple, como ceder en la convivencia diaria.

En un matrimonio siempre hay prioridades a la hora de comprar algo.

¿De quién será la prioridad, de él, de ella?.

Si ninguno acostumbra prescindir de lo que le gusta, ¿cómo harán?.

En el mejor de los casos, aprenderán a estirar, aflojar y batallar, antes de llegar a un acuerdo.

Pero, si el egoísmo está tan arraigado que no hay manera, 
¿entonces qué?, llega el divorcio, claro, por incompatibilidad de caracteres y se acabó. “Asunto arreglado”.

Desgraciadamente, la incompatibilidad de caracteres es nada menos que la imposibilidad de convivir con los demás, sólo que con el cónyuge se nota mucho más, porque allí si viven juntos.

Eso viene del 
egoísmo, de estar acostumbrado a ser el centro de atención, a que la vida gire a su alrededor y eso, desgraciadamente, se enseña en la casa, donde se prepara a los matrimonios del futuro.

Así que, la próxima vez que tu hijo tenga algún problema, ayúdalo si quieres, pero, no se lo soluciones.
No lo subestimes, te aseguro que saldrá adelante. Esto será una gran ayuda para tu futuro yerno o nuera.

Ellos te lo agradecerán.
Padres buenos hay muchos; buenos padres, hay pocos.

No es difícil ser un padre bueno, en cambio, 
no hay nada más difícil que ser un buen padre.
Un corazón blando basta para ser un padre bueno, pero la voluntad más firme y la cabeza más clara son todavía poco para hacer un buen padre.

El 
buen padre dice sí cuando es  y no cuando es NO.

El 
padre bueno sólo sabe decir... .

Es para pensarlo ¿no?.




Los padres buenos y los buenos padres
02/18/0011
Padres buenos hay muchos, buenos padres hay pocos.
No creo que haya cosa más difícil que ser un buen padre.
En cambio no es difícil ser un padre bueno.
Un corazón blando basta para ser un padre bueno; en cambio la voluntad más fuerte y la cabeza más clara son todavía poco para ser un buen padre.
El padre bueno quiere sin pensar, el buen padre piensa para querer.
El buen padre dice que sí cuando es sí, y no cuando es no; el padre bueno sólo sabe decir que sí.
El padre bueno hace del niño un pequeño dios que acaba en un pequeño demonio.
El buen padre no hace ídolos; vive la presencia del único Dios.
El buen padre echa a volar la fantasía de su hijo dejándole crear un aeroplano con dos maderas viejas.
El padre bueno "amanteca" la voluntad de su hijo ahorrándole esfuerzos y responsabilidades.
El buen padre templa el carácter del hijo llevándolo por el camino del deber y del trabajo.
Y así, el padre bueno llega a la vejez decepcionado y tardíamente arrepentido, mientras el buen padre crece en años respetado, querido, y a la larga, comprendid.
                                                            Los Hijos Exitosos




“Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen”
ALBERT SCHWEITZER.
Hace unos siglos un famoso pensador griego dijo: ‘Lo único permanentees que vivimos en un mundo de cambios’. Debemos preparar a nuestros hijos para el mundo del futuro, no elmundo de nuestros padres ni el nuestro. En este mundo actual lodeterminante para triunfar será el carácter, no exactamente elconocimiento, como muchos pudiéramos creer. Tener temple, salir defracasos adecuadamente, hacer de los fracasos un desafío y no unatragedia…, eso será lo que buscarán los seleccionadores de personal.
Para los trabajadores independientes será un auto requisito. Un hijo forjará carácter si percibe claramente la autoridad de lospadres. Con presencia de autoridad los niños y jóvenes a su vezactuarán con autoridad para resolver sus problemas; actuarán pordeterminaciones. Sin presencia de autoridad nuestros hijos serándébiles de carácter y actuarán por impulsos con los consecuentesproblemas de adaptación.
¿Exceso de autoridad? Siempre será mejor exceso que falta deautoridad. El límite de autoridad lo pone la siguiente regla: ‘La autoridad no debe humillar’. Básicamente lo que es el niño o el joven hoy será el adulto del mañana. De vez en cuando hay que mirar al hijo como un adulto potencial.
¿Queremos que nuestros hijos no sufran? Entonces hay que prepararlos para sufrir. No podemos estarle evitando todo el tiempo todo posible sufrimiento ¿si no cuándo aprenderá? Debe comprender la muerte, los problemas de la vida, los problemas en el trato de sus congéneres. No debemos resolverles todos los problemas, hay que ayudarlos a que poco a poco los resuelvan ellos mismos. Nadie logra metas exitosas yduraderas sin un poco de sufrimiento. ¿Alguien imagina a un campeón deatletismo que no sufra para lograr sus marcas? Eso se aplica a todo tipo de campeón y a todo tipo de actividad. Siempre hay que pensar que, en parte, no queremos que ellos sufran para no sufrir nosotros, pero les hacemos un daño con miras al futuro. Hay que enseñarles a hacer ESFUERZOS SUPLEMENTARIOS.  Que sepan que siempre se puede un poquito más. Recuerda que nadie recoge su cosecha sin sembrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Es muy importante enseñarles a carecer, es decir a ‘sentir la falta de’ y arreglárselas por sí mismos. Hay chicos que no juegan su deporte si no tienen zapatillas de ‘marca’. Si no aprendes a carecer no aprendes a arreglártelas. Aunque tengamos para darles el 100%, los chicos deben saber el valor de las cosas. Si no lo hacen de chicos, les será muy difícil de adultos y allí sí que van a sufrir y nosotros también con ellos.  ¿Cómo les enseñamos a carecer? ¡Dándoles un poquito menos de lo que necesitan! ¡No hay otra manera! Si no ¿cómo sienten la falta de? Así aprenden a apreciar lo que tienen. Aprenden a no ser ingratos. Aprenden a gozar de la vida porque muchas veces se goza en las cosas sencillas. Aprenden a no ser quejosos.
Una excelente escuela para aprender a carecer (sin morir en elintento) es la mesa del hogar, la comida. ¿Qué debemos darles decomer? ¡Lo que nosotros decidamos que es bueno para ellos! Es no sólo por su bien  estomacal, sino que es una excelente forma de que aprendan a carecer, que no sean ingratos, que no sean quejosos. ‘Mami… no me gustan las lentejas’. Si quieren hacerles un bien para la vida, denles las lentejas. Habrá berrinches, no se exalten (autoridad no es gritar), que no coma si no quiere, pero cuando le vuelva el hambre: ¡SORPRESA!  ¡Las lentejas del refrigerador calentadas!
Parece increíble, pero si no hacemos este tipo de cosas no se podrá adaptar. La comida es una buena escuela del carecer, pues así no serán quisquillosos en sus relaciones sociales, en el trabajo y en el mundo real.
También hay que educarlos en el servicio. Una familia normal es un equipo de trabajo con pocas tareas: tender la cama, limpiar los cuartos, lavar los platos, pintar la casa, etc. Hay que educarlos para que realicen labores de hogar, aunque lo hagan mal al principio. Si no hacen este tipo de servicios luego tendrán problemas. Las escuelas más importantes de liderazgo del mundo enseñan a los jóvenes a carecer,para que sepan y entiendan el mundo y lo puedan liderar.
¿Mesadas? Que sean una cantidad fija, más bien, semanales y algo menos de lo que creen que necesitan. Así aprenden a administrar el dinero. Claro que se deben aceptar excepciones, pero conversadas serenamente.
Construyamos hijos luchadores, no debiluchos sobreprotegidos.  Que se superen a sí mismos. Que tomen los problemas como desafíos para mejorar. Recuerden que nadie alcanza altura con un solo vuelo. También hay que ilusionarlos con ideales, metas futuras, sueños para que sean buenos de corazón. Importante también es estar convencidos de que triunfador no equivale a tener ‘dinero o propiedades’, triunfadores son aquellos que son felices con lo que hacen, con su vida. Solamente así podrán hacer felices a otros.
Los hijos con carácter templado, conocimiento del carecer, educados en el servicio y plenos de amor e ilusiones serán hijos triunfadores.
Los padres tenemos la gran responsabilidad de criar hijos que transformen nuestro país, en uno donde reine la libertad, la abundancia, la justicia y sobre todo la felicidad.

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